La Abogacía es una profesión profundamente ligada a la historia de la humanidad, del derecho, de la justicia y del Estado. Surgió como consecuencia de una necesidad imperiosa de interpretar el cúmulo de normas emanadas de las costumbres sociales, de la moral y de la naciente ley. La aparición de la sociedad humana implicó simultáneamente la del derecho y, consecuentemente, la del Abogado.
Grecia y Atenas jugaron un papel determinante en el desarrollo e incremento del ejercicio del derecho; en Atenas se fundó la primera escuela de juristas y Pericles fue su primer abogado.
Que es un Abogado Convencional?
Según la observación común, un abogado convencional se centra en la comprensión teórica y la interpretación de la ley para proporcionar asesoramiento jurídico al cliente. Anteriormente hemos examinado los aspectos limitados y tradicionales del Derecho, como el análisis, la investigación, la comunicación, la crítica y la persuasión, que son de importancia primordial para un abogado convencional. En cambio, se espera que el abogado de la nueva era tenga un enfoque multidisciplinar.
Que es un Abogado Innovador?
En lo que respecta a las habilidades, se pueden distinguir tres capas en la prestación de servicios legales. La primera se compone de capacidades concretas, relacionadas con tres factores: en primer lugar, la organización a la que pertenece como profesional o aquella a la que está prestando sus servicios; en segundo lugar, los propios servicios; y, por último, el componente tecnológico. En este primer estrato se habla de gestión de proyectos, tecnología, liderazgo, feedback, conocimiento del sector y de los negocios de los clientes, márketing, redes sociales, comunicación, presentación y mentoring.
En la segunda capa se encuentran las habilidades que podrían denominarse “colaborativas” y las relacionadas con la búsqueda de soluciones creativas. Aquí se encuentran la empatía, la mentalidad de crecimiento, la inclusión, la asociación, la audacia, la multidisciplinariedad y la diversidad, entre otras. A la hora de construir los equipos, la diversidad suele llevar a equívoco: no se trata de asegurar la presencia de miembros de distintas culturas, razas o creencias religiosas por las diferencias que puedan existir entre ellos, sino por la forma de acercarse a la solución de problemas.
La última capa se corresponde con la auténtica innovación y es donde se encuentran las habilidades centradas en el cliente y aquellas enfocadas en el servicio. Desarrollar este tipo de habilidades es lo que marca la diferencia entre unos profesionales del derecho y otros y donde realmente radica el liderazgo.
"Los profesionales de la abogacía deben integrar en su forma de prestar los servicios la mentalidad de un líder y de un innovador, capaz de observar, asociarse y crear redes".
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